El Oro puro, normalmente es amarillo de 24k y en Ley 999,9 (si lo llevamos a porcentaje sería 99,9% o lo redondearíamos en 100%) y para utilizarlo en la fabricación de joyería, al ser tan blando, es necesario mezclarlo con metales más duros. Por eso es muy importante que a la hora de comprar una joya de Oro, tengas muy claras las diferentes mezclas que puede contener la joya que estas adquiriendo o la que ya tienes.
Pero, ¿Cómo logra un orfebre, los colores adecuados? Cuando hablamos del Oro amarillo, decimos que es el color correcto y propio del oro, normalmente se consigue, al mezclar 75% de Oro con 12,45% de plata fina y 12,45% de cobre.
El Oro blanco: se obtiene al mezclar 75% de Oro, con 15% de paladio y 9,9% de Plata fina, estos dos últimos metales son blancos, lo que ayuda a lograr este color.
Al Oro Rojo, se logra llegar mezclando 75% de Oro con 24,9% de cobre, o sea, solo mezclando estos dos metales podemos obtener Oro Rojo.
Al Oro rosado: uno de los colores más bellos, llegamos al lograr la combinación de Oro en un 75%, aumentamos el cobre en un 20% y por último se agrega la plata fina en un 4,9%, con esta composición conseguiríamos llegar a fabricar el Oro rosa o rosado.
Podríamos decir que, estos son los matices o tonos del oro más utilizados actualmente en la Joyería, también es posible encontrar en el mercado Oro Gris, Negro, Azul y Verde. Cabe mencionar que estas aleaciones no son de los colores mencionados, sino que siguen siendo amarillas.
Por ejemplo, el Oro Azul, se obtiene de la aleación de un 75% de Oro y un 24,9% de hierro.
El Oro Verde, se logra de la mezcla o aleación de un 75% de Oro y un 24,9% de Plata.
Todas estas mezclas o aleaciones de metales logran formar hermosas piezas, pero para que el Oro logre alcanzar los 18 quilates, siempre debe predominar su combinación en un 75% con respecto a los demás metales, sea plata fina, paladio, cobre, o hierro.