Moneda Conmemorativa Revolución Nacional de 1952 – 20 Bolivianos Oro (Bolivia, 1952)

Identificación y Datos Generales

• Emisor: República de Bolivia (Gobierno del MNR)
• Año: 1952
• Valor facial: 20 Bolivianos
• Tipo: Moneda conmemorativa (no circulante, emitida como bullion de oro)
• Metal y pureza: Oro 90% (ley 0.900, aleado con 10% cobre)
• Peso total: ≈15.56 g (contiene 14.00 g de oro fino)
• Diámetro: ~27 mm
• Canto: Estriado (mecanizado)
• Casa acuñadora: Monnaie de Paris (París, Francia), marca “A” con privy mark de ala
• Tirada: 7.142 piezas (emisión única, 1952)
• Catalogación: KM# X12; Friedberg #41

Diseño del anverso

Anverso de la moneda (20 Bolivianos Oro 1952), con el busto del presidente Germán Busch hacia la izquierda y las leyendas alusivas a la “Independencia Económica”.

El anverso presenta la figura del Teniente Coronel Germán Busch Becerra, presidente de Bolivia entre 1937 y 1939, cuyo busto aparece mirando hacia la izquierda. Alrededor del retrato se inscribe la leyenda principal “INDEPENDENCIA ECONÓMICA”, en alusión a la emancipación financiera del país lograda tras la Revolución de 1952. Junto al busto se indican la pureza y el peso de oro fino de la moneda mediante la inscripción “ORO PURO 14 Grs.”, subrayando su contenido en oro puro de 14 gramos. Debajo del retrato figuran el nombre abreviado del prócer “G. BUSCH” y la fecha “31‑X‑1952” flanqueada por pequeñas estrellas. Estos elementos conmemorativos destacan el decreto del 31 de octubre de 1952, día en que el gobierno revolucionario nacionalizó las minas de estaño –evento proclamado como la “independencia económica” de Bolivia por autoridades y prensa de la época. El retrato de Germán Busch en la moneda rinde homenaje a su legado nacionalista, ya que él intentó el primer golpe contra el poder de la gran minería años antes (1939), siendo un precursor de las políticas de nacionalización y soberanía económica que culminarían en 1952. Todos los textos del anverso están grabados en mayúsculas latinas.

Diseño del reverso

Reverso de la moneda (izquierda), mostrando el escudo nacional de Bolivia con la leyenda “REPÚBLICA DE BOLIVIA” en el perímetro. A la derecha se observa el anverso con el busto de Busch.

En el reverso se encuentra el Escudo de Armas de Bolivia, tal como estaba vigente en la época. El escudo es de forma ovalada e incluye los símbolos patrios tradicionales: al centro figura la imagen del Cerro Rico de Potosí con un sol naciente detrás, una alpaca (llama) representando la riqueza fauna, un haz de trigo y un árbol (olivo) simbolizando la riqueza agrícola, todo ello bajo un cóndor andino que corona el escudo. Alrededor del blasón, una cinta lleva inscrito el nombre del país. En efecto, circundando el escudo la moneda lleva la leyenda “REPUBLICA DE BOLIVIA” en mayúsculas, identificando al emisor. Completa el diseño un conjunto de diez estrellas en la bordura inferior del óvalo (cada una representando entonces los departamentos bolivianos, incluido el Litoral). En la parte inferior, bajo el escudo, aparece además la marca de ceca “A” de París junto a un pequeño símbolo en forma de ala (marca privada del grabador general de la Monnaie de Paris en ese año). Todos estos elementos están delineados con fineza, y un listel elevado rodea el borde de la moneda como protección. El estilo de grabado es alto relieve y de acuñación milled (acuñación a máquina), con acabado brillante propio de piezas sin circular (la emisión fue principalmente para coleccionistas e inversionistas, no para circulación cotidiana). En conjunto, el reverso destaca la identidad nacional boliviana a través de su escudo, enfatizando la soberanía lograda tras la Revolución Nacional.

Historia y Contexto de la Emisión

La moneda fue emitida para conmemorar la Revolución Nacional de Bolivia de 1952, un levantamiento popular liderado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Esta revolución marcó un punto de inflexión en la historia boliviana al derrocar a la oligarquía minera (la “Rosca” de barones del estaño) e implementar profundas reformas sociales, económicas y políticas. Entre las medidas más significativas del nuevo gobierno revolucionario (presidido inicialmente por Víctor Paz Estenssoro) estuvieron el establecimiento del sufragio universal, la reforma agraria y, especialmente, la nacionalización de las minas del estaño. El 31 de octubre de 1952, en el campamento minero de Catavi, el gobierno promulgó el decreto de nacionalización de las tres grandes compañías mineras (Patiño, Hochschild y Aramayo), transfiriendo sus bienes a la nueva Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL). Este acto fue celebrado como la emancipación económica de Bolivia, pues eliminó el “súper estado minero” privado que hasta entonces controlaba la economía nacional. En prensa y discursos se le denominó la lograda “Independencia Económica” del país, frase que quedó inmortalizada en esta moneda conmemorativa.

La inclusión del rostro del Tte. Cnel. Germán Busch en el anverso tiene un fuerte simbolismo histórico. Busch, héroe del Chaco y presidente de Bolivia en 1938-39, fue un militar reformista que impulsó políticas nacionalistas antes de su trágica muerte en 1939. Durante su breve gobierno, promulgó medidas pioneras de independencia económica, como el Control de Cambios (decreto que obligaba a los exportadores mineros a entregar sus divisas al Banco Central). Este intento de someter al poder de las compañías mineras extranjeras fue visto como precursor de la nacionalización total que lograría el MNR en 1952. Por ello, el gobierno revolucionario honró a Busch considerándolo un mártir de la causa nacionalista: su efigie en la moneda de oro de 20 Bolivianos representa la continuidad histórica entre sus esfuerzos y el triunfo de 1952.

La frase “Independencia Económica” grabada en la moneda rememora directamente la gesta del 31 de octubre de 1952. Para Bolivia, recuperar el control de sus recursos naturales –especialmente del estaño, principal fuente de ingresos fiscales entonces– significó la liberación política y económica del Estado respecto al dominio de los potentados mineros. En otras palabras, la Revolución Nacional no solo democratizó la vida política (integrando a obreros, campesinos e indígenas en el poder), sino que también afirmó la soberanía económica del país. La moneda conmemorativa busca reflejar ese logro: el oro con el que está acuñada simboliza las riquezas nacionales, ahora en manos del pueblo boliviano, y las inscripciones refuerzan el mensaje de autonomía económica. Cabe mencionar que esta pieza forma parte de una serie de monedas conmemorativas de distintas denominaciones emitidas en 1952, todas en oro .900, que celebran aspectos de la revolución –por ejemplo, las de 5 y 10 Bolivianos (3.5 y 7 gramos de oro fino) presentan motivos de un minero y herramientas, exaltando el papel de la clase obrera minera en el triunfo revolucionario. La de 20 Bolivianos aquí descrita exalta a Busch, y hubo también una mayor de 50 Bolivianos (35 gramos oro fino) con la efigie del ex-presidente Gualberto Villarroel, otro mártir derrocado en 1946 y reivindicado por el MNR. De esta manera, la serie completa rinde tributo tanto al pueblo revolucionario (mineros) como a los líderes caídos que inspiraron el movimiento.

En síntesis, el contexto de emisión de esta moneda es el ambiente de cambio radical de post-1952. La pieza fue concebida no solo para celebrar el aniversario de la revolución, sino para difundir sus ideales de nación soberana y dueña de sus riquezas. Emitida probablemente a finales de 1952 o 1953, cuando las reformas comenzaban a implementarse, sirvió también como moneda de oro de inversión, respaldando la confianza en la economía nacionalizada. Aunque tuvo curso legal por su valor facial, en la práctica nunca circuló en el mercado común debido a su alto valor intrínseco y simbólico. Fue adquirida como objeto de colección y como reserva de valor, portando consigo un mensaje patriótico en plena Guerra Fría: Bolivia se proclamaba dueña de su destino económico.

Detalles de acuñación y emisión

Esta moneda fue acuñada en la Casa de Moneda de París (Francia), a solicitud del gobierno boliviano. La ceca parisina estampó su marca tradicional “A” en la moneda (visible en el exergo del reverso), junto con un pequeño símbolo de ala que corresponde a la marca privativa del grabador general de la época. La calidad de acuñación es alta, con acabado Brillante Sin Circular (BU), acorde al propósito conmemorativo. La tirada oficial se limitó a 7.142 ejemplares, una cantidad reducida que hoy confiere gran rareza a la pieza. Todas las monedas se fechaban “1952” independientemente del año exacto de fabricación, ya que conmemoran ese hito histórico.

El diseño y grabado estuvieron a cargo de artistas de la Monnaie de Paris, siguiendo las indicaciones temáticas del Banco Central de Bolivia. En particular, el retrato de Germán Busch fue realizado basándose en fotografías oficiales del héroe. Cada moneda contiene 0.4502 onzas troy de oro puro (14 gramos), con un peso total de ~15.56 g y diámetro de 27 mm, lo que la asemeja en módulo a monedas internacionales de oro de la época (por ejemplo, un doble-soberano británico). Su tamaño y detalles finos requirieron prensas de alta presión para lograr el relieve nítido. No posee numeración ni canto inscrito, solo el estriado típico anti-fraude. Tampoco se incorporaron elementos de seguridad avanzados (inusuales en 1952), aunque la aleación de oro y cobre de color ligeramente rojizo y el canto estriado dificultaban su falsificación.

La emisión de esta moneda se enmarca en un proyecto gubernamental de realzar el orgullo numismático nacional: simultáneamente se emitieron las otras denominaciones mencionadas (5, 10 y 50 Bolivianos oro) formando un set conmemorativo. Todas fueron acuñadas en París, dado que Bolivia carecía entonces de capacidad para acuñar piezas de metales preciosos con esa calidad. Se desconoce la fecha exacta de puesta en circulación numismática, pero documentos de la época sugieren que estuvieron disponibles a mediados de 1953 en bancos del Estado para su venta a coleccionistas y como regalo diplomático. La caja nacional las ofrecía a un precio algo superior a su valor metálico, con el fin de obtener divisas y promover la gesta revolucionaria en el exterior.

Particularidades de diseño y consideraciones adicionales

• Naturaleza conmemorativa: Esta moneda no fue diseñada para circulación ordinaria, sino con propósitos conmemorativos y de inversión. Aunque tiene un valor facial (20 Bolivianos), en 1952 esa suma era simbólica comparada con el valor del oro que contenía. Por tanto, difícilmente habría circulado para transacciones; en su lugar, se destinó a colecciones, regalos protocolares y respaldo de valor. Esto la ubica en la categoría de moneda de emisión especial o medalla monetiforme, autorizada por el Estado.
• Calidad y acabado: Presenta un alto nivel de detalle en los grabados. Las letras y números están en relieve claro y bien definido. No se observan elementos de seguridad modernos (microtextos, hologramas, etc.), propios de épocas posteriores. Sin embargo, el canto estriado uniforme actuó como medida antifraude tradicional, dificultando la extracción de material (limado) sin dejar huella. La aleación de oro .900 también brinda durabilidad frente al desgaste, a la vez que aporta un color dorado intenso con leve tonalidad cobriza.
• Diseño artístico: Cada elemento en el diseño tiene simbolismo: el escudo nacional en el reverso reafirma la identidad del Estado Plurinacional de Bolivia y sus riquezas naturales; el busto de Germán Busch en el anverso vincula la victoria de 1952 con los esfuerzos previos de líderes visionarios; la frase “Independencia Económica” enmarca el objetivo central de la Revolución; y la fecha 31-X-1952 conmemora el día exacto del decreto que materializó ese objetivo. Incluso las pequeñas estrellas y separadores decorativos añaden solemnidad al diseño. En conjunto, la moneda funciona casi como una “medalla histórica” narrando un capítulo crucial de Bolivia.
• Presentación: Originalmente, muchas de estas monedas se entregaron encapsuladas o en estuches con forro de terciopelo, acompañadas de certificados, para realzar su carácter de edición limitada histórica. Algunas fueron obsequiadas a dignatarios extranjeros para difundir la imagen del nuevo gobierno revolucionario. Hoy en día, cuando aparece algún ejemplar en el mercado, suele venir protegido en cápsulas de acrílico o certificado por empresas numismáticas (NGC, PCGS) que aseguran su autenticidad y grado de conservación.